Editada la guía inventario del Legado Miguel Sánchez-Ocaña. La publica el Ayuntamiento de Plasencia, tras cuatro años de catalogación de 20.000 documentos del XVI al XX.

Elia María Blanco y Miguel Sánchez-Ocaña durante el acto. / ANDY SOLÉ

Forman un corpus documental único. Son 20.000 documentos de los siglos XVI al XX guardados en 145 cajas. Es el Legado Miguel Sánchez-Ocaña López de Berges. Donado desinteresadamente por este Placentino a la ciudad, forma parte de los fondos del Archivo Municipal. Ahora, la Concejalía de Cultura de Plasencia ha editado la guía inventario que posibilita su conocimiento detallado.

Lo hace en cumplimiento del convenio de cesión suscrito en marzo de 2003. La publicación es el resultado de cuatro años de intenso trabajo, de estudio y catalogación, hecho por los funcionarios del Archivo, Esther Sánchez Calle e Isidro Felipe.

El libro recoge la organización y contenido de este legado documental que Miguel Sánchez-Ocaña rescató del olvido en la casona familiar que habitó Ventura Delgado Garrido (Riolobos 1771-Plasencia 1740). Consta de dos fondos distintos. El familiar, que recoge innumerable documentación personal y profesional sobre la vida y actividades agropecuarias, comerciales, financieras, administrativas, suministros a tropas y de rentas estancadas de este relevante personaje local y saga familiar durante la primera mitad del XIX. Éste es el que aporta mayor volumen con información valiosa de los negocios cargos y oficios de Ventura Delgado y familiares o sobre desconocidos aspectos de la Guerra de la Independencia, como explicó Esther Sánchez en la presentación.

El fondo municipal agrupa documentos sobre el gobierno, la administración, los servicios y la hacienda consistorial, cuya importancia radica en completar lagunas documentales del Archivo Municipal. Como ejemplo de la riqueza, destaca Esther Sánchez, una real provisión con firma autógrafa de los Reyes Católicos, de 1504; actas municipales de finales del XVII, documentación de la junta de gobierno durante la Guerra de la Independencia; sobre la inspección a las tabernas en el XVIII, contra el fraude en el vino; el expediente de 1829 para hacer navegable el Tajo; el primer intento, de 1816, para crear una universidad en Santo Domingo; o el registro de Contribución única de 1771.

La presentación oficial del libro inventario tuvo lugar en el 'Salón hebraico' del centro cultural las Claras. Presidida pro la alcaldesa, Elia Blanco reunió a 150 personas que abarrotaron la sala. La concejala de Cultura, Flor Prieto destacó la generosidad de Miguel Sánchez-Ocaña, por haber donado al Archivo Municipal este importante legado documental y la labor de estudio y catalogación de los funcionarios que ha hecho posible la redacción y edición de la guía-inventario.

Miguel Sánchez-Ocaña reconoció lo especial de la jornada. «Hoy es, dijo, un día grande para mí porque se cumple un deseo forjado a lo largo de muchos años: que no se perdieran esos trozos de vida que encierran 'los papeles de don Ventura'. Recordó que tanto éste -en su calidad de secretario municipal- como otros antepasado fueron firmantes del acta reservada que la junta interina del Ayuntamiento suscribió ante la inminente entrada de los franceses, a finales de 1808. Y rememoró cómo los rescató de la casa familiar.

Y cómo, tras empezar a leer su contenido, se dio cuenta de que no se trataban solo de «cuentas antiguas e inútiles que no interesaban a nadie». De ahí surgió la idea de crear un legado «que fuera útil al conocimiento de la pequeña historia de Plasencia y su entorno». Miguel Sánchez-Ocaña ilustró a la audiencia sobre algunos aspectos de la vida de Ventura Delgado y agradeció al Ayuntamiento y funcionarios del Archivo el interés tomado.

La alcaldesa, Elia Blanco glosó el trabajo de inventario y catalogación hecho y abogó por divulgar el conocimiento de los fondos con una exposición y la edición de una selección en soporte digital para facilitar su conocimiento. De Ventura Delgado aseguró que «debió ser todo un personaje de la época» y agradeció la generosidad del donante, por el gesto de ceder e llegado a la ciudad.